Rodillos Faciales
Descripción
*Precios incluyen I.V.A.
Los rodillos faciales fueron usados hace cientos de años por las mujeres chinas para revitalizar la piel, pues con sus movimientos ayudan a la microcirculación, relajando el rostro.
Gracias a estos beneficios hoy están de vuelta para ser un gran aliado en tus rutinas de autocuidado.
Al utilizarlos de manera periódicas, una o dos veces al día, mañana y noche, nos ayudan a activar la circulación sanguínea, drenar, reducir la hinchazón del rostro, darle mayor luminosidad a la piel y mejorar las pequeñas líneas de expresión.
Para drenar y activar la circulación realiza el masaje en el sentido de la linfa (hacía abajo), mientras que para conseguir un efecto reafirmante debemos realizarlo en contra de la gravedad, es decir hacia arriba.
Puedes comenzar por el cuello, luego mentón, pómulos, ojos y frente. El rodillo siempre debe usarse con un cosmético. Úsalo por 5 a 10 minutos a diario y una vez en semana 30 minutos con una mascarilla.
Estos rodillos al utilizar cristales como la Amatista, Cuarzos, Jade, etc. Se benefician de las texturas y tipo de temperatura. Para obtener mejores resultados se recomienza meterlos en el congelador por unos minutos y luego utilizar permitiendo que las propiedades energéticas de cada cristal te otorguen una sensación relajante en la piel, aliviando dolores musculares y de cabeza. También es un gran aliado para deshinchar las ojeras, ya que con el paso del rodillo se realiza un mini-drenaje linfático, y combate las arrugas al eliminar toxinas acumuladas en el rostro, lo que retrasa el proceso de envejecimiento de la piel.
Algunos consejos para aplicar el rodillo:
- Realiza tu rutina facial diaria de limpieza.
- Aplica algún producto en tu piel (lo más recomendable son texturas oleosas o muy líquidas, como sérums o aceites faciales). Masajea de forma manual para que se absorba.
- Utiliza el rodillo. con una leve presión para que rueden las piedras. La frente y las cejas se masajean con un movimiento en forma de abanico, desde el entrecejo hasta el lateral de la cabeza, siempre de dentro hacia fuera, y luego hacia los lados del cuello, donde se encuentran los ganglios linfáticos. Para el tercio medio del rostro usamos el rodillo desde la nariz hacia las sienes, con un ligero movimiento ascendente. Después, de la nariz hacia las orejas.
- Para finalizar el cabezal pequeño del rodillo podemos utilizarlo en la zona de las ojeras, desde el lagrimal hacia el final de la ceja. En la zona inferior del rostro, realizamos movimientos siempre de dentro hacia fuera, especialmente en la mandíbula. En la zona donde el cuello se une con la oreja se pasa el rodillo de forma vertical ascendente y luego hacia la clavícula.
- Es muy importante limpiar el rodillo al finalizar.
Cada rodillo viene con una bolsita de género para su cuidado